La hidrocefalia es una afección neurológica caracterizada por la acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo (LCR) en los ventrículos del cerebro. El exceso de líquido eleva la presión intracraneal y sin tratamiento, puede provocar daños cerebrales.
Síntomas comunes
Dependiendo de la edad y del tipo de hidrocefalia, los síntomas pueden variar. Algunos de los más frecuentes incluyen:
- Aumento del tamaño de la cabeza (en bebés).
- Dolores de cabeza persistentes.
- Náuseas o vómitos.
- Pérdida del equilibrio o dificultad para caminar.
- Problemas de memoria o cambios de personalidad.
Tratamiento más común: derivación ventricular
Una de las soluciones más habituales para el tratamiento de la hidrocefalia es la colocación de una válvula de derivación o válvula para hidrocefalia, un sistema médico implantado que drena el exceso de LCR hacia otra parte del cuerpo (generalmente el abdomen) donde puede ser absorbido de forma natural. La válvula de derivación es un dispositivo médico esencial que regula el flujo del LCR y mantiene el equilibrio adecuado dentro del sistema nervioso central.
¿Qué es una válvula para hidrocefalia?
Una válvula para hidrocefalia es un componente clave de un sistema de derivación, que controla de manera segura y continua la cantidad de LCR que se drena del cerebro, ayudando a mantener una presión intracraneal adecuada. Se implanta quirúrgicamente para drenar el exceso de LCR hacia otra parte del cuerpo, como la cavidad peritoneal, donde puede ser reabsorbido.
Este dispositivo está diseñado para controlar de manera precisa la presión y el flujo del líquido, evitando complicaciones asociadas tanto a la acumulación como a la eliminación excesiva del LCR.
Está compuesta por:
- Catéter ventricular (ubicado en uno de los ventrículos cerebrales)
- Mecanismo de válvula, que regula el flujo
- Catéter distal, que conduce el LCR hacia el abdomen (peritoneo), el corazón (aurícula) o el espacio pleural

Tipos de válvulas para hidrocefalia
En la constante innovación de equipos para neurocirugía se ofrecen distintos tipos de válvulas para hidrocefalia, cada una adaptada a las necesidades específicas de los pacientes:
a) Según el control de presión:
- Válvulas de presión fija: funcionan a presión o resistencia constante y suelen ofrecerse en 3 niveles: un modelo de baja presión, un modelo de presión media o un modelo de alta presión. En algunos casos, es necesario sustituir la válvula implantada por otra que funcione a diferente presión. Para evitar intervenciones quirúrgicas repetidas, una solución es implantar una válvula de presión ajustable, con diferentes ajustes de presión en un solo dispositivo.Un ejemplo es la válvula Sophy mini de Presión Fija (SM1), conócela aquí
- Válvulas de presión programable o ajustable: Una válvula de presión ajustable ofrece varias presiones de funcionamiento en un sistema con la posibilidad de modificar la presión de funcionamiento mediante un simple ajuste externo. El médico podrá adaptar la presión de funcionamiento y ajustar el flujo de drenaje del LCR en función de las necesidades clínicas del paciente con un kit de ajuste específico. Esto minimiza la necesidad de reintervención quirúrgica. El ajuste de la presión no es invasivo y se realiza por vía percutánea. Los mecanismos de las válvulas de presión ajustables contienen imanes que permiten activarlas con su kit de ajuste específico. El neurocirujano coloca el imán del kit de ajuste en la piel del paciente sobre la válvula y puede modificar la presión de funcionamiento. El paciente podrá mantener la misma derivación durante más tiempo, lo que limitará el número de intervenciones quirúrgicas repetidas necesarias. Algunas válvulas pueden ser sensibles a los campos magnéticos (como las resonancias magnéticas, los teléfonos inteligentes e incluso los juguetes de los niños), lo que a veces afecta al ajuste interno de la válvula. Para evitar estos cambios de presión de funcionamiento involuntarios e indeseados, algunas válvulas incorporan un sistema de bloqueo de seguridad en el mecanismo. Un ejemplo es la válvula Polaris Sophysa de Presión ajustable conocela aquí, o la válvula Sophy SM8 Sophysa.
- Válvulas con mecanismos antisifón y/o antigravitacionales: Diseñadas para evitar el drenaje excesivo cuando el paciente está de pie, una complicación común en válvulas convencionales.
b) Según la tecnología del mecanismo interno:
- Válvulas de diafragma: Utilizan una membrana flexible que se mueve con la presión del LCR. Son sensibles y permiten un control bastante fino del flujo, pero pueden ser más susceptibles a cambios de presión bruscos.
- Válvulas de resorte: Incorporan un muelle calibrado que ofrece resistencia mecánica al paso del LCR. Suelen ser robustas y confiables, y pueden encontrarse tanto en modelos fijos como programables.
- Válvulas de bola y cono: Utilizan una pequeña esfera que actúa como válvula de retención, abriéndose sólo bajo ciertas presiones. Esta tecnología es menos común, pero eficaz en ciertos diseños.
- Válvulas magnéticas programables: Como las desarrolladas por Sophysa, permiten al neurocirujano ajustar la presión de apertura de forma no invasiva. Además, modelos como la Polaris® cuentan con un sistema exclusivo de protección contra desprogramación accidental por campos magnéticos (como los de un resonador o un teléfono móvil).
Consideraciones en la selección de una válvula
La elección adecuada de una válvula de derivación puede influir enormemente en la calidad de vida del paciente con hidrocefalia.
Al elegir una válvula para hidrocefalia, es crucial considerar factores como:
- Edad y condición del paciente: Niños y adultos pueden tener necesidades diferentes.
- Compatibilidad con imágenes por resonancia magnética (IRM): Algunas válvulas son más seguras para pacientes que requieren estudios frecuentes.
- Facilidad de ajuste: Las válvulas programables permiten una mayor adaptabilidad sin procedimientos invasivos. Como la válvula para hidrocefalia Polaris de Sophysa, que con un diseño de bajo perfil permite el drenaje del líquido cefalorraquídeo.
Innovación y tecnología en válvulas para hidrocefalia
La hidrocefalia es una condición que requiere una gestión cuidadosa y dispositivos médicos de alta calidad. La elección de una válvula para hidrocefalia adecuada puede marcar una diferencia significativa en la vida de los pacientes.
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